No defraudar ni en contenido ni en narración a tu audiencia y crear esta experiencia mágica con la palabra, es un reto altamente exigente en cuanto a la preparación de cualquier orador. Abordar lo que sucede detrás de escena, desarrollando tu idea, organizando la información y creando respuestas que den forma a una oferta que provoque cambios, es un proceso crucial para que seas insustituible en el poderoso arte de vender una idea.
Probablemente has escuchado esta frase alguna vez, “Si las grandes presentaciones fueran fáciles de crear y ofrecer, no serían una forma tan extraordinaria de comunicación”. Dan Post y es que vender un sueño a través de una idea, que tiene el potencial de cambiar para siempre la forma pensar de alguien, no es algo que se improvisa y si así lo creemos, es bueno, recordar a Shakespeare «las improvisaciones son mejores cuando se las preparan».
Tener el poder de influenciar a los demás va de la mano con una gran inversión en la planificación y ejecución de tu conferencia, sin embargo, es frecuente la excusa de la presión del tiempo, no siendo lo suficientemente rigurosos con el cuidado esencial de este compromiso.
Otro visitante que también nos aleja de hacernos cargo de las horas de dedicación que exige este recorrido, es la pre-ocupación y un acompañante no menos lejano, la “fantasía” de creer que mágicamente se resolverá solo. Steve Jobs, fue un orador famoso e inspirador y aun cuando pareciera que sus discursos los hacía sin esfuerzo, en realidad según su gente cercana, tardaba semanas de preparación.
Y de esta brecha preocupante da fe el estudio realizado (Encuesta Distinction) con ejecutivos de varias empresas donde más del 86% opinaron que la comunicación tiene un impacto claro sobre su carrera profesional, pero sólo el 25 % dedicaba más de tres horas a preparar sus presentaciones más importantes.
Y alerta con la velocidad a la que vemos en los procesos tecnológicos y también los eslóganes de grandes optimistas, donde asumimos que nada se nos resiste y simplemente volamos; convencer y seducir con la palabra, es una habilidad que se desarrolla con mucho aprendizaje, dedicación y entrega.
Carmine Gallo, nos revela el resultado de sus investigaciones en los Speaker de mayor renombre mundial
Hay un punto común en estos nueve elementos, como potente impulsor de esta magia narrativa y no es la información en sí misma sino el corazón que recorre los múltiples momentos álgidos de tu conferencia, así como la humanidad que entregas en cada uno de ellos.
Tampoco este impacto emocional ocurre automáticamente, llega después de largas y laboriosas horas, con tu capacidad para comprender las emociones, diseñarlas, provocarlas y darle forma a la comunicación que inventa el futuro y lo trae a tu audiencia
